Índice
1. Realidad = Circunstancias + Respuestas
2. Caminos y autopistas en tu cerebro: neurociencia y
regeneración de neuronas
Principales neurotransmisores
3. ¿Priorizas o procrastinas?
4. La Inteligencia Emocional como palanca de cambio
y mejora
Ampliando el concepto de inteligencia
¿Por qué y para qué necesitamos la Inteligencia Emocional?
Las emociones y la enfermedad
La increíble historia de Phineas Gage
5. Las gafas del autoconocimiento
6. El mayor fracaso es no intentarlo
¿Qué es el fracaso para ti?
Entrenar la mente
7. La creatividad no es un talento para unos pocos cerebros
afortunados
Hábitos para ser creativos
8. El regalo se encuentra en las manos que lo entrega
Si eres generoso eres más feliz
El altruismo ayuda a dormir mejor
Combates el estrés
Tienes menos riesgo de hipertensión
9. El estómago, el segundo cerebro
Desayuno para activar la energía y las emociones positivas
10. Cuida tu mente, cuídate mucho
¿Cuál es la persona más importante de tu vida?
11. Cerebro y resiliencia
¿Mandamos en el cerebro o el cerebro manda en nosotros
¿Cómo es una persona resiliente
¿Qué puedes hacer para desarrollar tu resiliencia
12. Enfado, estrés y cortisol
Cadena del estrés
Efectos del cortisol en el cuerpo
13. Meditar cambia tu mente y la vida: la neurociencia
lo demuestra
¿Cómo mejora tu salud la meditación?
Mindfulness o la técnica de la atención plena
14. La importancia del silencio
15. 50 reflexiones para agilizar la mente
Epílogo
Agradecimientos
Un regalo para ti
Formas de contactar con el autor
INTRODUCCIÓN
«¡No corras. Ve despacio, que donde tienes que ir es a ti solo!» Juan Ramón Jiménez
¿Alguna vez te has enfrentado a un nuevo reto con el mismo porcentaje de responsabilidad que de ilusión? Pues así comienzo este libro,
con muchas ganas e ilusión de compartir contigo los conocimientos,
aprendizajes y experiencias que he ido adquiriendo a lo largo de años
y, a la vez, con responsabilidad de corresponder con tu tiempo y dedicación al leerlo. Siempre he pensado que lo que no se comparte, se
pierde. Así que permíteme, en primer lugar, darte las GRACIAS por
dedicar algo tan valioso como es tu tiempo a lectura de Agiliza tu
mente, el que es —hasta ahora— mi cuarto libro.
Si este libro ha llegado a tus manos, de un modo u otro será una causalidad, o sea que una causa te ha hecho llegar a él. En mi caso creo más
en las causalidades que en las casualidades, así que te invito a ponerte
cómodo o cómoda y a disfrutar de la causalidad y de la lectura. Antes de
adentrarme en el libro, me presentaré por si aún no nos hemos podido
conocer o, aunque me conozcas, puedas saber algo más sobre mí. Nací
en Valencia, allí viví feliz junto a mis padres y hermana. Me eduqué,
formé y crecí rodeado de grandes personas, familia y amigos. Con el
paso de los años me trasladé a vivir a Iniesta, una preciosa población de
Cuenca, de la Manchuela Conquense, cercana a la provincia de Albacete y a la de Valencia. Allí, una vez finalizado los estudios en Valencia,
comencé a trabajar de administrativo en una gran empresa. Los años
pasaban, la empresa crecía a gran velocidad, pero mi desarrollo personal no lo hacía al mismo ritmo. En mi mente y en mi cuerpo comenzaban a pasar cosas. Había algo dentro de mí que me decía que algo no iba
bien. No era por los compañeros que en aquella empresa tuve la suerte
de trabajar, pues todos eran grandes personas, era algo que estaba...
dentro de mí. No estaba siendo coherente y cuando hay incoherencia
entre lo que pensamos, decimos y hacemos, al final, de un modo u otro,
termina repercutiendo en nuestro cuerpo y en nuestro bienestar. En mi
caso comenzaron a aflorar algunas molestias físicas, cambios constantes de estado de humor y alteraciones en el bienestar en general.
«Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas
que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta las amarras.
Navega lejos del puerto seguro. Coge los vientos alisios en tus
velas. Explora. Sueña. Descubre.»
Mark Twain
Una vocecilla interior me hacía dudar, me hacía replantearme
muchas cosas. Cosas fundamentales como cuál era el propósito de
mi vida, o preguntarme ¿para qué estoy aquí en el mundo?, o plantearme ¿qué es lo mejor que puedo aportar a los demás? Estas y otras
cuestiones son algunas de las que casi nunca nos planteamos, aun
sabiendo que profundizar en las respuestas de esas preguntas nos lleva hacia la plenitud y el bienestar con uno mismo. Y sin embargo,
dedicamos tiempo a cosas que nos quitan ese tiempo, que nos restan,
que más que llenarnos, nos vacían. Por aquel entonces hice una reflexión que escribí en una de las muchas libretas que siempre me
acompañan. Una frase que decía lo siguiente:
Hay muchas personas que mueren demasiado jóvenes.
Personas que mueren a los treinta o cuarenta años,
pero no los entierran hasta los setenta u ochenta.
Es una frase aplastante que quizás pueda dejarte indiferente, o
puede que te pase lo que me pasó a mí: que quisiera honrar la vida,
vivirla con sentido e ir en busca de mi destino. Sinceramente, no
quería esperar a ver qué sucedía en mi vida, preferí tomar las riendas
para poder llegar al destino que me hacía verdadera ilusión llegar. Y
claro, para ello tuve que comenzar con una labor de introspección.
Un trabajo personal de autoconocimiento, de búsqueda de qué era
aquello que se me daba bien, me gustaba hacer y aportaba valor a los
demás. Fue el momento de plantearme ilusiones y de comenzar a soñar. Pero soñar a lo grande; puestos a ello, qué mejor forma que darlo todo para conseguir cosas grandes.
Por muchos factores externos que tengas, hay otros factores muy
potentes que dependen de ti: la ilusión, el optimismo,
la esperanza y la actitud dependen de uno mismo.
Hay una frase que me ayudó mucho cuando me formé profesionalmente como coach que me dijo mi maestro de aquel entonces,
Ángel de Lope, especialista en Coaching Sistémico, y que decía: «Qué
puedo hacer yo si nada cambia, para que todo cambie». Y eso empecé a hacer yo, a cambiar todo lo que dependía de mí. En lugar de
poner el foco en los factores externos que me rodeaban, comencé a poner el foco en todo lo que yo podía hacer, en lo que podía cambiar,
pensé hacia dónde quería dirigirme, qué quería conseguir y a dónde
quería llegar. Sin pretender ir deprisa sino avanzar con rumbo fijo.
Lo importante es la dirección, no la velocidad; adelante siempre es
adelante. Lo mejor fue no poner el foco en la queja, sino agradecer
todo lo que me rodeaba. En muchas ocasiones nos pasa que hablamos de lo que queremos conseguir, de dónde queremos llegar, sin
darnos cuenta ni agradecer todo lo bueno que nos rodea. En mi caso,
preferí trabajar la responsabilidad de lo que podemos hacer, más que
esconderme en un paraguas de victimismo. Pensé en todo lo que dependía de mí y estaba en mis manos hacer. Y hacerlo con cabeza y,
por supuesto, también con muchas ganas e ilusión.
Una cosa es vivir la vida y otra muy distinta es honrar la vida.
Siempre he pensado que una cosa es vivir la vida y otra muy distinta es honrarla. Para mí, honrar la vida significa vivir intensamente
cada día, valorar y disfrutar las pequeñas cosas, en lugar de medir la
vida por años o por objetivos. Es, además de tener ilusiones por conseguir nuevos retos, agradecer todo lo bueno que me rodea. Es vivir
dando el cien por cien y deseando recibir lo mismo. Y es verdad que,
en algún momento de nuestra vida, nos adormecemos y olvidamos
la grandeza de estar vivos y la que llevamos dentro o, peor aún, no
llegamos a despertarnos nunca, por lo que parecemos un verdadero
zombi o muerto viviente. Y lo peor de todo es que ese estado de adormecimiento puede venir dado al perdernos en una opinión de normalidad, en unas creencias adquiridas y que nos limitan, en obstáculos que aparecen, o peor aún, barreras que vamos poniéndonos
nosotros mismos: esas barreras que en ocasiones pone el autosaboteador que todos llevamos dentro, al que algunos le dan más protagonismo que otros, y dejan que este dé rienda suelta a distintos miedos. Miedos que casi siempre son imaginarios e infundados, lo que nos
hace recordar que el 90% de nuestros miedos son por cosas que nunca van a suceder.
«Tu visión se volverá más clara cuando mires dentro de tu propio
corazón. Quien mira hacia afuera, sueña. Quien mira hacia dentro,
despierta.»
Carl Gustav Jung
Y sé de lo que te hablo porque en algún momento me ha surgido
ese autosaboteador, al que incluso llegué a darle mayor libertad y autoridad, lo que no me permitió avanzar tanto como hubiese podido.
Por fortuna me di cuenta a tiempo, le agradecí «para qué» había aparecido y había estado ahí y sus enseñanzas, y le invité a esconderse y
no salir, pues ya me encargaba yo de ponerme en acción e ir avanzando con todo lo aprendido. Todas esas dudas, todas esas ganas de
mejorar, de crecer y de buscar una vida con sentido y propósito, me
hizo y me sigue haciendo avanzar y tener una vida más plena. Todo
ese camino, que sin ser fácil ha estado lleno de aventuras, aprendizajes, cambios y momentos de plenitud, es lo que ha hecho posible que
hoy estés leyendo este libro que tienes en tus manos. Agiliza tu mente
es un libro en el que quiero compartir contigo conocimiento, pero de
una manera sencilla, cercana y amena. Está demostrado científicamente que el cerebro aprende más y mejor cuando se divierte o hay
movimiento.
«El cerebro solo aprende si hay emoción.»
Francisco Mora
Por eso haré lo posible por hacer este viaje lo más ameno y placentero posible. Además de invitarte a descubrir lo que te comparto,
te animaré a que te dediques unos minutos a ti haciendo algún sencillo ejercicio; y como siempre es bueno conocer otros puntos de vista,
he invitado a otras personas que compartirán también sus conocimientos y experiencias a través de preguntas. Este, que es ya mi cuarto libro, más que pretender ser un manual de autoayuda o crecimiento personal, es un libro de autoconciencia y autoconocimiento, en el
que, de una manera práctica, pretendo compartir conocimientos y
ejercicios que hagan en ti un efecto de despertar. Mi objetivo con esta
obra es poder acompañarte en el breve periodo que dure tu lectura,
aportarte algún conocimiento, herramientas y experiencias para que
puedas ponerlas en práctica, agilizar tu mente, crear o ampliar hábitos y, en definitiva, mejorar tu vida. Te animo a que al leer este libro pongas en duda lo que te cuento y lo pongas en práctica, y que si algunas cosas te parecen interesantes, investigues más sobre ellas. Para avanzar, crecer o transformarnos, lo importante no es solo adquirir
conocimientos, sino cómo aplicamos en nuestra vida ese conocimiento adquirido. Si este libro sirve para conocerte mejor, avanzar
en tu camino de desarrollo y transformación personal y, en definitiva, despertar, habrá cumplido el objetivo. Ahora sí, te invito a adentrarte en las páginas de este libro. Deseo que lo disfrutes y te aporte
muchas cosas positivas. Y sí es así, te agradeceré que lo comentes con
las personas a las que creas que les puede aportar algo y lo compartas
en tus redes sociales para que otras personas lo puedan conocer.
Gracias.
Feliz y ágil lectura.
Pedro Martínez Ruiz